Empezamos en silencio. Cerramos los ojos y escuchamos. ¿Qué está vibrando dentro de mí? Esta frecuencia es la materia prima de mi mirada. Vamos a partir desde ahí: desde lo que resuena.

Fotografiar es pintar con luz. Pero también con oscuridad. Hoy vamos a buscar esos contrastes que cuentan historias. Vamos a mirar cómo la luz se posa, cómo las sombras hablan.

¿Qué pasa cuando una imagen está llena de cosas? ¿Y cuando casi no tiene nada? Vamos a explorar los extremos: el exceso y la pausa. Porque a veces el silencio también grita

¿Qué pasaría si una imagen pudiera contener dos tiempos a la vez? Vamos a superponer realidades, memorias, emociones. La doble exposición nos invita a jugar con el pliegue, con lo invisible que también quiere aparecer.

Nada es una sola cosa, todo tiene capas. En este módulo, jugaremos con la transparencia y la superposición para crear imágenes llenas de significado oculto. Cada capa agrega una nueva dimensión. ¿Qué historias emergen cuando dejamos que las imágenes se mezclen entre sí?

El error es una apertura. Cada vez que algo falla, aparece una nueva posibilidad. El glitch nos invita a dejar de controlar para ver qué sucede cuando lo inesperado se manifiesta. Vamos a intervenir nuestras imágenes y permitir que el caos digital se convierta en expresión.”

Empezar desde el caos es liberador. No hay plan, solo acción. Pero luego, algo pide forma. En este módulo, jugamos a crear sin pensar, y después a ordenar sin borrar lo anterior. El arte vive en ese encuentro entre impulso y decisión.

A veces, no es lo que vemos, sino lo que queda. La marca, el vestigio, el roce. En este ejercicio vamos a trabajar con lo que el cuerpo o los objetos dejan al tocar. Es una forma de decir: ‘yo estuve aquí’, sin necesidad de mostrarse completamente.

La imagen no solo se ve, también se toca. Vamos a salir del plano y entrar en lo matérico. Queremos que cada foto tenga peso, historia, presencia física. En este módulo, la fotografía se convierte en piel, en objeto, en eco tangible.

El archivo es una cápsula de tiempo. Cuando lo abrimos, no solo vemos el pasado: lo reescribimos. En este módulo vamos a intervenir imágenes familiares o antiguas, para dejar que nuestras memorias dialoguen con lo que somos hoy.

Una imagen puede quedarse fija o puede empezar a moverse, a vibrar, a multiplicarse. Vamos a permitir que la fotografía se desborde, que fluya y repita hasta volverse ritmo. Aquí, la fuga es creación.

El cuerpo habla, incluso en silencio. A través del autorretrato podemos tocar nuestra verdad más íntima. No se trata de posar, sino de encarnar. En este módulo, nos fotografiamos para resonar con lo que somos.

Todo cambia. Pero cuando hacemos una imagen, elegimos qué guardar. En este módulo vamos a mirar lo que se va, lo que se transforma, y a decidir qué queremos que permanezca.

Escucha una canción. Ahora, cierra los ojos. ¿Qué colores aparecen? ¿Qué formas se mueven? ¿Qué historia nace? La música es una imagen esperando nacer. Vamos a dejar que una emoción sonora se convierta en lenguaje visual.

Has recorrido un camino de exploración visual, emocional y creativa. Este eco final es tu forma de responder a todo lo vivido. Es tu voz, tu imagen, tu memoria en resonancia. Hazla sonar.